domingo, 19 de septiembre de 2010

Balanza de Pagos

La Balanza de Pagos es uno de los instrumentos descriptivos integrantes de un mismo modelo de descripción global, conformado por instrumentos diseñados por distintos organismos (Naciones Unidas, FMI).
Su finalidad específica es la de brindar un registro de las actividades y relaciones económicas de un país con el resto del mundo, durante un período determinado. Así pues, constituye un instrumento especializado en el análisis de un aspecto parcial del proceso económico en su conjunto, y es sobre la base de esa especialización que se integra en un modelo descriptivo global.

1- Características de la Balanza de Pagos
La Balanza de pagos constituye un registro que contiene flujos, nunca stocks.
Contablemente, se confecciona con base en el criterio de la partida doble. Es decir, todo acto económico asume la forma de un crédito y un débito. En principio, y sólo desde el punto de vista contable, la suma de todos los débitos es igual a la suma de los créditos y por lo tanto su saldo neto es igual a cero.

2- El Funcionamiento Descriptivo de la Balanza de Pagos
Desde el punto de vista de su conformación, la balanza de pagos tiene dos partes principales, que a su vez se pueden dividir de acuerdo al tipo de transacciones y sus relaciones con la economía nacional.
Estas dos parte principales son: la cuenta corriente y la cuenta de capital.
La cuenta corriente incluye el movimiento comercial de bienes y servicios, los pagos por concepto de servicios productivos de factores y las transferencias unilaterales. En el caso de estas últimas, cuando tienen un componente real, la partida y la contrapartida se registran en la cuenta corriente. En cambio cuando se trata de una transferencia financiera sólo la contrapartida figura en la cuenta corriente.
En términos generales, cabe señalar que las entradas de recursos reales, como el que origina una importación de un bien, la adquisición del servicio productivo de un factor, o la contrapartida de una donación concedida al exterior, deben registrarse como débitos en la cuenta corriente, y al contrario, las salidas de los recursos reales serán descritas como créditos. A su vez, la cuenta corriente se presenta subdividida en dos partes: la que corresponde a los bienes, servicios y renta, que incluye el movimiento comercial de bienes, servicios y servicios productivos de factores, y la que corresponde a las transferencias unilaterales.

La segunda gran parte de la balanza de pagos es la cuenta de capital, cuya finalidad específica es el registro de todas las transacciones de carácter financiero, sean bilaterales o unilaterales. En términos generales, los aumentos en las tenencias de activos financieros, o bien, las disminuciones de pasivos financieros, se registran como débitos: en cambio, las disminuciones en las tenencias de activos financieros o los aumentos de los pasivos de ese carácter, se asentarán como créditos.

3- Composición de la Cuenta Corriente
3.1- Bienes, Servicios y Renta

Mercancías.
Comprende el movimiento comercial de bienes muebles, cuya propiedad se traspasa entre residentes y extranjeros, incluyendo, los servicios conexos de transporte y seguro hasta la frontera aduanera de la economía exportadora (valoración a precios FOB). Una exportación originará un crédito y una importación un débito.
Embarques
Abarca los fletes, seguros y otros servicios de distribución ligados a mercancías. La exportación de estos servicios originará un crédito y su importación un débito.
Otros Transportes
Comprende servicios, principalmente transporte de pasajeros, no clasificados en “embarques” ni “viajes”, prestados por una economía a otra, como resultado de la explotación de medios de transporte, más los bienes y servicios “adquiridos de una economía por otra para consumo de los medios de transporte en el curso de su explotación”.
La exportación de estos servicios originará un crédito y su importación un débito.
Viajes Incluye los bienes y servicios adquiridos en una economía por viajeros no residentes durante su estadía en ella y para su uso personal.
Los gastos de turistas extranjeros en el país compilados originan un crédito, en tanto que los gastos que realizan los turistas nacionales en el exterior originan un débito.
Renta de la Inversión
Se integra con la renta obtenida de la propiedad de activos financieros sobre el exterior.
Las clases más comunes de renta de la inversión son:
-
Dividendos: distribución de utilidades en proporción a las acciones u otras modalidades de
participación en el capital de empresas privadas constituidas en sociedad, cooperativas y empresas públicas.
-
Intereses: renta devengada por préstamos y títulos de deuda (depósitos bancarios, letras, bonos, pagarés y anticipos comerciales).
-
Utilidades de sucursales y de otras empresas de inversión directa. De acuerdo a los criterios de registración, una exportación de servicios productivos de factores, que da
lugar por ejemplo al cobro de intereses, dividendos, etc., genera un crédito. Por el contrario, la importación de esos servicios, que tiene como contrapartida un pago por esos conceptos, origina un débito.
6. Otros bienes, servicios y renta Comprende transacciones entre residentes y no residentes, no incluidas en las partidas anteriores. El manual subdivide este rubro según correspondan a transacciones oficiales o a transacciones privadas.
La categoría oficial, comprende las transacciones con extranjeros que realice el gobierno residente y las de gobiernos extranjeros efectuadas con residentes de la economía compiladora.
Por su parte, las transacciones privadas incluyen:
Renta del trabajo: sueldos, salarios y otra remuneración que las personas físicas perciban de una economía que no sea la de su residencia.
Renta de la propiedad: es aquella resultante de la tierra y la de activos intangibles no financieros tales como patentes, marcas, derechos de autor, etc.
Otros bienes y servicios: todos aquellos bienes y servicios no asignados específicamente a otras partidas.
3.2- Transferencias Unilaterales
Transferencias unilaterales privadas:
Se integran, principalmente con las transferencias de emigrantes y las remesas de los trabajadores.
Transferencias unilaterales oficiales
Son las transacciones que involucran un sector oficial, residente o extranjero. Los ejemplos más notorios son las donaciones de recursos reales o financieros que efectúa un gobierno a otro gobierno o a personas privadas y la asistencia técnica o becas en las que participa el sector de una determinada economía.

4- Composición de la Cuenta Capital
La segunda gran parte de la balanza de pagos es la cuenta de capital, que a su vez tiene dos grupos de componentes: capital salvo reservas y reservas. El primero se integra sobre la base de tres rubros: la inversión directa, la inversión de cartera y otro capital.

4.1- Capital Salvo Reservas
Inversión directa
Es la inversión, cuyo objeto sea adquirir una participación permanente y efectiva en la dirección de una empresa explotada en una economía que no sea la economía del inversionista.
Un crédito en este rubro, estará significando un aumento de la inversión directa de sujetos no residentes
en la economía declarante o una disminución de la inversión directa de sujetos residentes en el extranjero. A su vez, un débito en este rubro, estará significando una disminución de la inversión directa de sujetos no residentes en la economía compiladora o un incremento de la inversión directa de sujetos residentes en el extranjero.
10. Inversión de cartera
Comprende los bonos a largo plazo y acciones y otras participaciones de capital social, no incluidas en las categorías de inversión directa y de reservas.
Se entiende por bonos a largo plazo, aquellos que tienen un plazo de vencimiento inicial superior a un año. Las acciones y participaciones de capital social, comprenden los títulos y documentos que confieren al titular derechos sobre el valor y sobre la renta de las sociedades.
Un crédito en este rubro, estará indicando una disminución de activos o un incremento de pasivos para la economía compiladora de los recursos financieros agrupados en esta categoría y un débito, representará un incremento de activos o una disminución de pasivos para la economía compiladora de dichos recursos financieros.
11. Otro Capital
Esta es una categoría residual. Comprende todas las transacciones no incluidas en inversión directa, inversión de cartera o reservas. En particular, se incluyen los bonos y letras a corto plazo, depósitos, créditos de proveedores y a importadores, además de los préstamos internacionales concedidos y recibidos por el país en cuestión con excepción de los recibidos del FMI.
Un crédito en este rubro, estará indicando una disminución de activos o un incremento de pasivos para la economía compiladora de los recursos financieros agrupados en esta categoría y un débito, representará un incremento de activos o una disminución de pasivos para la economía compiladora de dichos recursos financieros.

4.2- Reservas
La segunda parte de la cuenta de capital, comprende los movimientos de reserva de la Autoridad Monetaria (Banco Central) y los préstamos recibidos por el país del FMI.
Las reservas son los activos financieros de aceptación internacional y están compuestas por: Oro
Monetario, Derechos Especiales de Giro, Posición de Reserva en el FMI, Divisas y Otros Activos.
12. Oro Monetario
Por oro monetario, se entiende el oro que posean las autoridades en calidad de activo financiero. Debe distinguirse el oro monetario del oro mercancía. El primero constituye un activo de aceptación internacional con determinadas características de forma (onzas, monedas). El oro mercancía es un bien
que puede ser utilizado como insumo o bien para el uso final.
El incremento de las tenencias de oro monetario, se registra como débito en el rubro que indica la variación total de las tenencias de oro, en tanto que las disminuciones, se registran como un crédito.
13. Derechos Especiales de Giro (D.E.G.)
Los D.E.G., constituyen una “moneda” creada por el FMI a efectos de flexibilizar la tenencia de reservas de cada país miembro.
El FMI, asigna o cancela D.E.G. a cada país en función de su necesidad de reservas y en proporción a las cuotas que los participantes tengan en esa institución.
Un débito en este rubro, implica un aumento en la tenencia de DEG, en tanto que un crédito una disminución.
14. Posición de reserva en el Fondo Monetario Internacional
Cada país miembro del FMI, tiene en este un activo en función de la cuota que paga como socio. Un débito en este rubro, implica un aumento en el activo del país frente al FMI, en tanto que un crédito, refleja una disminución en el activo del país frente al FMI.
15. Divisas
Comprende el valor del conjunto de monedas con poder de cancelación internacional que las autoridades centrales controlan efectivamente y de las que puedan disponer. Por ejemplo un aumento en la disponibilidad de dólares se registrará como un débito, en tanto que una disminución como un crédito.
16. Otros activos
Comprende todos aquellos títulos de crédito frente a no residentes que las autoridades centrales controlan efectivamente y puedan disponer efectivamente y que no figuren en ninguna de las categorías descritas anteriormente.
17. Uso del crédito del Fondo Monetario Internacional
Este constituye un rubro de pasivo donde se registra los préstamos que el país recibe del FMI o los pagos que efectúe a dicho organismo para amortizar dichos préstamos.

5- RUBRO ERRORES Y OMISIOMES
Su función consiste en equilibrar contablemente la Balanza de Pagos.
5.1- Origen:
-
Problemas estadísticos, como son los que se derivan de contar con datos aproximados o estimados para algunos rubros provenientes además de fuentes diferentes.
-
Transacciones no declaradas vinculadas fundamentalmente con el ingreso y egreso de bienes y/o capitales.

5.2- Algunos componentes:
Contrabando
Si en un país, residentes del mismo adquieren mercancías en el exterior que no son declaradas en al aduana correspondiente (contrabando hacia adentro) el rubro Mercancías no llevará registrado el débito correspondiente. Ahora bien, supongamos que la adquisición de estos bienes se realizó contra el retiro
de un depósito en moneda extranjera. En este caso, la contrapartida del débito no registrado si aparecerá reflejado en la Balanza de Pagos bajo la forma de un crédito correspondiente a la disminución de un activo frente al exterior. Para corregir contablemente esta situación, el rubro Errores y Omisiones deberá registrar un débito que corresponderá precisamente al valor de los bienes ingresados en al economía compiladora sin declarar.

Fuga de Capitales
Otro ejemplo, es el referido a las entradas o salidas de activos financieros privados no recogidas por las estadísticas. Supongamos ahora que un residente de la economía compiladora, retira moneda extranjera de un depósito en un banco residente para colocarlo en el exterior. En la Balanza de Pagos, deberá figurar un crédito por la disminución del activo frente al exterior del banco residente y un débito por la colocación en el banco del resto del mundo. Sin embargo, si la colocación en el extranjero no es declarada, en la Balanza de Pagos figurará únicamente el crédito, debiéndose entonces recurrir al rubro
Errores y Omisiones para lograr la nivelación contable. Este ejemplo corresponde a lo que se denomina “fuga de capitales” en alusión a divisas que salen fuera del país y por ende dejan de alimentar el circuito financiero interno.
Cabe acotar, que basta con que los agentes retiren su dinero de una institución bancaria y la guarden en su hogar para que constituya del punto de vista de la registración en la Balanza de Pagos una fuga de capitales, por lo que este concepto no debe asociase exclusivamente a acciones vinculadas con operaciones ilícitas.
En síntesis, la cuenta Errores y Omisiones, tal como lo expresa su nombre, contempla aquellas transacciones que por diferentes razones, no es posible detectar o registrar por la descripción económica.

5.3 El equilibrio de la Balanza de Pagos
Al ser un registro de partida doble, y además el incluir la cuenta residual de Errores y Omisiones, - que contempla como se mencionó anteriormente las imperfecciones en la descripción- la Balanza de Pagos del punto de vista estrictamente contable está siempre en equilibrio puesto que la suma de los débitos iguala a la suma de los créditos.
No obstante, un elemento central en la interpretación de este instrumento descriptivo lo constituye el análisis de los saldos parciales y por ende la interpretación de los mismos.

DEFICIT FISCAL – DEUDA INTERNA Y EXTERNAc

INTRODUCCION
El mercado cambiario implica el sistema de cambio el cual está influenciado por la oferta y la demanda de divisas; en la presente investigación se definirá tipo de cambio, los factores que intervienen en la oferta y la demanda de divisas, el mercado cambiario, las modalidades o tipos de cambio, las modificaciones de la paridad y el control de cambio.
Consideramos que la elaboración de la presente investigación es bastante relevante, ya que nos permite conocer cómo funciona, desde un punto de vista más objetivo el mercado cambiario, el cual establece la cotización de una moneda frente a otra, y que depende del control de cambio que exista en el país y de las relaciones entre la oferta y la demanda.
Para elaborar esta investigación consultamos variadas fuentes de información y además realizamos visitas virtuales a páginas Web en la Red Internet que tratan sobre el tema en cuestión, lo que nos permitió realizar un profundo análisis de la información obtenida.
Por último, es necesario resaltar que el equipo consideró que para un mayor entendimiento de los términos utilizados en la investigación, la presentación de un glosario de términos, el cual contribuye enormente a la compresión de la terminología empleada en este tipo de operaciones económicas.
Finalmente, queremos expresar que este trabajo de investigación contribuyó en gran parte a nuestra formación académica, ya que como futuros agentes de aduanas necesitamos conocer cómo funciona el mercado cambiario, puesto que las operaciones de importación y exportación requieren de ese mercado en virtud de que esas operaciones se realizan entre diferentes países, los cuales tienen monedas diferentes y necesitan de la paridad cambiaria para realizar sus operaciones internacionales.
SISTEMA DE TIPO DE CAMBIO
La cotización de una moneda en términos de otra moneda es el tipo de cambio, el cual expresa el número de unidades de una moneda que hay que dar para obtener una unidad de otra moneda.
FACTORES QUE INTERVIENENEN LA OFERTA Y LA DEMANDA
La cotización o tipo de cambio se determina por la relación entre la oferta y la demanda de divisas; alternativamente, puede decirse que el tipo de cambio se determina por la relación entre oferta y demanda de moneda nacional para transacciones internacionales del país: efectivamente, la oferta de divisas tiene como contrapartida la demanda de moneda nacional y la demanda de divisas tiene como contrapartida la oferta de moneda nacional.
Las variaciones de la relación oferta/demanda de divisas determinan las fluctuaciones del tipo de cambio; sin embargo, hay un tipo de cambio normal o de equilibrio en torno al cual se efectúan las variaciones y que debe corresponder al equilibrio de los pagos internacionales.
En régimen de patrón oro el tipo normal o de equilibrio se identifica con la paridad oro, o sea, la relación entre los contenidos de oro de las monedas. En régimen de patrón de cambio dicho tipo se determina por la tendencia de las cotizaciones. En régimen de papel moneda inconvertible ese tipo se determina por la relación entre los poderes adquisitivos de las monedas supuesta una estabilidad comparativa de los niveles de precios. En régimen de Fondo Monetario Internacionalel tipo de cambio normal debe ser declarado a la Institución, en base del contenido de oro de la moneda o, alternativamente, de la relación con el dólar de Estados Unidos.
En algunos casos los tipos de cambio, como cualquier precio, son administrados por la autoridad monetaria del país respectivo. La autoridad fija el o los tipos de cambio y se asegura, mediante el control absoluto o determinante de la oferta de divisas, la vigencia de tales tipos de cambio. Para ello, el ingreso de divisas debe estar centralizado y controlado (en nuestro país por el Banco Central de Venezuela), aunque la demanda puede dejarse libre; sin embargo, el tipo o tipos, que fije la autoridad no puede diferir mucho del que se determinaría en el mercado libre, salvo que se trate de un sistema enteramente centralizado de economía.
· ORIGEN DE LA OFERTA DE DIVISAS
La oferta de divisas se origina en las transacciones activas o créditos de la balanza de pagos, tales como: exportación de bienes y servicios, ingresos sobre inversiones del país en el extranjero, donaciones y remesas recibidas por residentes o importación de capital no monetario.
El componente más estable de la oferta es el que se origina en la exportación de bienes y servicios
· ORIGEN DE LA DEMANDA DE DIVISAS
La demanda de divisas se origina en las transacciones pasivas o débitos de la balanza: importación de bienes y servicios, pagos por rendimientos de la inversión extranjera en el país, donaciones y remesas enviadas por residentes y exportación de capital no monetario; el componente más estable de la demanda es el referido a la importación de bienes y servicios.
Los movimientos de capital son los componentes menos estables, más dinámicos, del mercado de divisas.
EL MERCADO CAMBIARIO
El mercado cambiario está constituido, desde el punto de vista institucional moderno, por: el Banco Central -o agencia oficial que haga sus veces- como comprador y vendedor de divisas al por mayor cuando la oferta está total o parcialmente centralizada, la banca comercial como vendedora de divisas al detal y compradora de divisas cuando la oferta es libre o no está enteramente centralizada, las casas de cambio y las bolsas de comercio.
El Banco Central o una agencia ad hoc oficial ejerce la función de fondo de estabilización cambiaria, cuando hay necesidad de mantener dentro de limites prudenciales las fluctuaciones del tipo de cambio en regímenes distintos del patrón oro clásico. En todo caso, cuando la autoridad fija el tipo de cambio (administrado) explícita o implícitamente funciona el fondo de estabilización para sostener la cotización fijada.
En cierto modo, y dentro de ciertos limites, el Fondo Monetario Internacional opera como un fondo mundial de estabilización cambiaria con respecto a sus países miembros.
Modalidades de Tipos de Cambio
Entre las modalidades de tipo de cambio se encuentran:
1. Tipos de cambio rígidos y flexibles.
2. Tipos de cambio fijos y variables.
3. Tipos de cambio únicos y múltiples.
· CAMBIO RIGIDO
El tipo de cambio rígido es aquel cuyas fluctuaciones están contenidas dentro de un margen determinado. Este es el caso de patrón oro, en que los tipos de cambio pueden oscilar entre los llamados puntos o límites de exportación e importación de oro, por arriba o por debajo de la paridad. Si los tipos de cambio excedieran de dichos límites ocurrirían movimientos de oro que harían volver las cotizaciones al margen determinado.
Su funcionamiento exige la posibilidad concreta de dichos movimientos de oro y se asegura, además, mediante un mecanismo operativo de movimientos de capital a corto plazo, ligados a una relación entre los tipos de cambio y las tasas monetarias de interés.
· CAMBIO FLEXIBLE
El tipo de cambio flexible es aquel cuyas fluctuaciones no tienen límites precisamente determinados, lo que no significa que tales fluctuaciones sean ilimitadas o infinitas. Este es el caso del patrón de cambio puro y del papel moneda inconvertible. Son los propios mecanismos del mercado cambiario y, en general, la dinámica de las transacciones internacionales del país, los que, bajo la condición esencial de la flexibilidad, permiten una relativa estabilidad de los cambios, dadas las elasticidades de oferta y demanda de los diversos componentes de la balanza de pagos.
· CAMBIO FIJO
Es aquel determinado administrativamente por la autoridad monetaria como el Banco Central o el Ministerio de Hacienda y puede combinarse tanto con demanda libre y oferta parcialmente libre, como con restricciones cambiarias y control de cambios.
Dado el virtual quebrantamiento del patrón oro en nuestros días, la alternativa de la flotación de los cambios es la fijación por la autoridad. La variabilidad de los tipos de cambios puede interpretarse en sentido restringido (como en el caso del patrón oro) o en sentido amplio (como en régimen de patrón de cambio y de papel moneda inconvertible).
· CAMBIO UNICO
El tipo de cambio único, como su nombre lo indica, es aquel que rige para todas las operaciones cambiarias, cualquiera que sea su naturaleza o magnitud. Se tolera cierta diferencia entre los tipos de compra y de venta de la divisa como margen operativo para los cambistas en cuanto a sus gastos de administración y operación y beneficio normal. El ideal del FMI es el sistema de cambios únicos, que no admite discriminación en cuanto a las fuentes de origen de las divisas ni en cuanto a las aplicaciones de las mismas en los pagos internacionales. De modo distinto, los tipos de cambio múltiples o diferenciales permiten la discriminación entre vendedores y entre compradores de divisas, de acuerdo con los objetivos de la política monetaria, fiscal o económica en general. Mediante este sistema puede favorecerse determinadas exportaciones (con tipos de cambio de preferencia que proporcionen más moneda nacional por unidad de moneda extranjera a los respectivos exportadores), determinadas entradas de capital, o restringirse determinadas importaciones o salidas de capital y otras transacciones internacionales. Es un sistema frecuentemente utilizado por los países no desarrollados como un instrumento auxiliar de la política de crecimiento económico.
Modificaciones de la Paridad
Los desequilibrios persistentes, o fundamentales, de la balanza de pagos exigen, por lo general, modificaciones de la paridad monetaria, o valor de cambio externo de la moneda, para inducir ajustes en los diversos componentes de la balanza y en la actividad económica nacional que faciliten la recuperación del equilibrio.
La paridad puede ser modificada en el sentido del alza (revaluación) o de la baja (devaluación), según se trate de un desequilibrio por superávit o de uno por déficit. El caso más frecuente es el de revaluación.
Los países evitan en lo posible la revaluación, porque ocasiona desventajas comerciales, ya que afecta el poder de competencia de las exportaciones y favorece las importaciones, así como las salidas de capital. Si el mercado internacional de los productos exportables es bastante competitivo, el país que revalúa no puede aumentar los precios de sus exportaciones para compensar los efectos de la revaluación y los exportadores recibirán menores ingresos en moneda nacional, aunque, por otra parte, se podrán adquirir más bienes y servicios extranjeros por la misma cantidad de moneda nacional que antes de la revaluación (y sujeto a que los precios internacionales de la importación no suban). Desde luego, estos deben ser los efectos perseguidos, para el ajuste de la balanza de pagos en caso de superávit: reducción de la exportación, o menor ritmo de aumento, y aumento de la importación.
La devaluación permite que los exportadores reciban mayores ingresos en moneda nacional, sin alteración de los precios internacionales de sus productos, o aun con una baja de proporción menor que la de devaluación; en este último caso podrá lograrse, si la demanda externa es algo elástica, un incremento de la exportación, que es una meta perseguida para el reequilibrio de la balanza de pagos; por otra parte, los importadores tendrán que desembolsar mayor cantidad de moneda nacional para adquirir determinado volumen de importaciones y, dada la elasticidad de la demanda de éstas, podrá ocurrir una disminución de las mismas, que es otra de las metas de ajuste que se persigue con la medida. La producción nacional, si disfruta de una oferta elástica en relación con cierta capacidad productiva ociosa o recursos disponibles y utilizables en corto plazo, podrá beneficiarse con la situación creada y de este modo la economía interna puede superar dentro de algún tiempo los efectos depresivos del desequilibrio pasivo de la balanza de pagos. Los ingresos de capital, además, resultan beneficiados por la devaluación.
Control de Cambios
El control de cambios es una intervención oficial del mercado de divisas, de tal manera que los mecanismos normales de oferta y demanda quedan total o parcialmente fuera de operación y en su lugar se aplica una reglamentación administrativa sobre compra y venta de divisas, que implica generalmente un conjunto de restricciones cuantitativas y/o cualitativas de la entrada y salida de cambio extranjero.
Frecuentemente, el control de cambios va acompañado de medidas que inciden sobre las transacciones mismas que dan origen a la oferta o la demanda de divisas.
Para algunos autores es control de cambios cualquier intervención oficial en el comercio de divisas o en su disposición: así, por ejemplo, la fijación de un tipo de cambio por la autoridad, aunque se deje libre la demanda; pero centralizando la oferta en totalidad o en parte decisiva, puede interpretarse como una forma de control y en efecto lo es; pero los mecanismos del mercado siguen operando en lo sustancial. Si la autoridad no centraliza una porción sustancial de la oferta le es difícil sostener un determinado tipo de cambio (la alternativa puede ser un fondo de estabilización suficiente), ya que se efectuarían operaciones a diferentes tipos de acuerdo con las situaciones del mercado.
Otros autores sostienen que el control de cambios existe cuando se reglamenta, restringe y fiscaliza el uso o aplicación de las divisas compradas por los particulares.
El control de cambios se establece, por lo general, cuando hay dificultades graves de balanza de pagos, a consecuencia de las cuales las divisas disponibles son insuficientes para atender las necesidades ordinarias de la economía.
Diversas modalidades de control pueden implantarse, de acuerdo con las características del mercado, la índole del problema y la gravedad del mismo.
El control de cambios absoluto, o sea, la reglamentación total de la oferta y la demanda de divisas, es prácticamente imposible de implementar, por las inevitables y múltiples evasiones y filtraciones que tienen lugar cuando la economía no es enteramente centralizada.
El control parcial o de mercados paralelos ha sido practicado en diferentes países y oportunidades: consiste en un control parcial, determinante, de la oferta de divisas, a precios determinados, con cuyas divisas se atienden necesidades esenciales de la economía, y un mercado marginal es permitido en el cual se compran y venden cantidades de divisas procedentes de operaciones que se dejan libres y se determinan precios de mercado; este mercado paralelo o marginal se autoriza para impedir el funcionamiento del estraperlo o mercado negro.
Otra modalidad de control es el régimen de cambios múltiples, en que para cada grupo de operaciones, de oferta o demanda, se fija un tipo de cambio: tipos preferenciales, más favorables, para determinadas exportaciones y entradas de capital y para determinadas importaciones y salidas de capital; y tipos no preferenciales, para las restantes operaciones. Este sistema se ha aplicado y se aplica aun no sólo en función de objetivos cambiarios o de balanza de pagos, sino como instrumento de la política económica en general.
Otro control parcial es la venta de divisas al mejor postor para determinadas operaciones (régimen de licitaciones).
CONCLUSIONES
Existen diversas formas en que los países controlan y establecen los tipos de cambio. En los sistemas de tipos de cambio fluctuantes, el precio de cada moneda lo establecen los mercados. Cuanto mayor sea la demanda de una moneda, mayor será su precio (su tipo de cambio). Algunas veces, el banco central puede intervenir en los mercados para lograr un tipo de cambio favorable. Esta intervención se conoce como fluctuación dirigida.
Cuando el tipo de cambio es fijo, la moneda tiene un valor medio que podrá aumentar (revaluarse) o disminuir (devaluarse) cuando las autoridades monetarias lo consideren necesario. Los sistemas de tipos de cambio fijos suelen fijarse en relación a una moneda: en el sistema de Bretton Woods el dólar estadounidense; en África occidental el franco francés, a los DEGs del FMI o a una cesta de monedas.
En Latinoamérica numerosos países fijan su moneda con respecto al dólar, mantienen paridades fijas o deslizantes y por tanto forman parte del denominado "bloque del dólar". Los bancos centrales tienen que mantener fijo el tipo de cambio entre unas bandas de fluctuación de más – menos 2,25% para la mayoría
Finalmente, es necesario señalar, dada la investigación presentada, que para el 12-02-99 el tipo de cambio en nuestro país, se encuentra en Bs. 577 para la compra del dólar y Bs. 578 para la venta, esto según información recabada de la página Web del Banco Central de Venezuela.

DEFICIT FISCAL – DEUDA INTERNA Y EXTERNA

Concepto
El concepto de déficit fiscal describe la situación en la cual los gastos realizados por el Estado u otras entidades públicas en un determinado período, normalmente un año, superan a sus ingresos.
Cuando se habla de déficit público se está haciendo referencia al déficit del conjunto de las administraciones públicas de un país, así como por ejemplo si nos referimos al caso español; dentro del déficit público se encontraría una parte originada por el Estado, otra por las Comunidades Autónomas y otra por los Ayuntamientos, siendo el déficit público la suma de todas ellas. Déficit fiscal en una economía cerrada: Se supone que el gobierno no tiene acceso al endeudamiento directo con el público, ni dentro ni fuera del país, y que sus reservas internacionales se han agotado. Por lo tanto, la única opción que le queda es endeudarse con el banco central.
Medida del déficit
La medida cuantitativa del déficit presupuestario se hace a través de la Contabilidad nacional que da la medida más exacta de éste. El criterio que sigue la Contabilidad Nacional es un criterio de obligaciones contraídas, independiente de los pagos y cobros efectuados.
Para medir su importancia en una economía se recurre al ratio que representa el déficit sobre el Producto Interior Bruto que da una idea de la importancia y la trascendencia de éste.
El nacimiento del déficit en los años setenta
La existencia de déficits de los presupuestos públicos en los países ha sido un hecho que se empezó a generalizar en los años siguientes a la Crisis del petróleo de 1973. Como origen del aumento y la persistencia de los déficit públicos se distinguen cuatro hechos principales:
Inmediatamente después de la crisis del petróleo, las economías experimentaron una fuerte desaceleración de la actividad, como consecuencia se produjo una menor recaudación fiscal y a la vez un aumento de los gastos sociales ligados al desempleo. Este fenómeno conocido como el efecto de los estabilizadores automáticos incrementó la cuantía de los déficit.
La persistencia de los déficits de presupuesto públicos en las economías ha provocado un aumento del endeudamiento público que ha incrementado los tipos de interés. Todo esto ha desembocado en que el componente de gastos de intereses por esta deuda ha experimentado un gran aumento, contribuyendo a su vez por sí mismo a un mayor déficit.
La incidencia de la inflación sobre el gasto público. Esta influencia viene motivada por el hecho de que los gastos públicos se adaptan con mayor rapidez a la inflación que los ingresos.
Aunque cuantitativamente menos importante, también ha tenido un papel trascendente las políticas fiscales discrecionales que se llevaron a cabo sobre todo en los años setenta para luchar contra la paralización de la actividad económica. A partir de 1980 se cambió la estrategia optando por políticas restrictivas desde el punto de vista presupuestario.
Algunos efectos económicos
Los déficits presupuestarios se habían considerado de forma tradicional en la política económica keynesiana como forma de estimular la demanda de productos y en general la actividad económica ante situaciones de caída del consumo y la inversión privados, pero estas medidas se han demostrado poco eficientes, en determinadas ocasiones, por la existencia de una serie de consecuencias indeseadas de los déficit presupuestario que anulan el efecto inicial expansivo.
Efectos de expulsión real. Este efecto supone que los incrementos de la demanda producidos no conllevan una mayor actividad en el país sino que conduce a un incremento de las importaciones que son las beneficiadas del déficit. Un ejemplo de esta situación se dio en Francia en los años 1981 a 1983.
Una segunda manifestación de los efectos de expulsión real se producen en el comportamiento que experimenta el ahorro privado ante el déficit presupuestal. En determinados casos en que el déficit se financia mediante la emisión de dinero y la consiguiente aceleración de la inflación, las familias reaccionan como mecanismo de defensa incrementado su ahorro y por tanto disminuyendo el consumo privado, compensando y diluyendo por tanto el efecto del mayor gasto público.
El efecto de la expulsión financiera. La financiación del déficit mediante la acumulación de deuda pública y aumento de los tipos de interés provoca un efecto sobre la economía privada de expulsión, en el sentido de que la escasez de capitales por la deuda provoca que proyectos de inversión y gasto privados no puedan realizarse disminuyendo la actividad privada.
Pero para estudiar adecuadamente los efectos del déficit presupuestario sobre el nivel de actividad hay que tener en cuenta no solo la cuantía del mismo, sino también de la composición del gasto público que se lleva a cabo, la estructura del sistema impositivo, su financiación y también el carácter coyuntural o permanente de sus causas.
Actuaciones frente al déficit presupuestario
Las actuaciones básicas de lucha frente al déficit presupuestario son las que conllevan por un lado un adelgazamiento del sector público y por otra parte políticas que no "ahoguen" al sector privado.
1. Deuda pública.
2. Deuda interna
3. Deuda externa.
4. Deuda flotante.
Vínculo en virtud del cual una persona, denominada deudor, se compromete a pagar a otra, denominada acreedor, una suma determinada de dinero o ciertos bienes y servicios específicos. Las deudas se originan normalmente cuando los acreedores otorgan préstamos a los deudores, que éstos entonces se comprometen a devolver en cierto plazo y bajo determinadas condiciones. Entre estas últimas la más corriente es la que fija la tasa de interés que habrá de devengar el préstamo.
Las economías modernas se basan en gran parte sobre las deudas a corto o largo plazo que contraen los particulares, las empresas y el Estado. Sólo las transacciones de menor cuantía suelen pagarse en efectivo pues para casi todas las demás se emplean diversas formas de crédito. Las deudas, por lo general, quedan legalmente registradas mediante el uso de instrumentos mercantiles específicos: pagarés, letras de cambio, bonos, etc

DEUDA PÚBLICA.
Deuda que contrae el gobierno de un país. En ella normalmente se incluyen no sólo los préstamos tomados por el gobierno central sino también los que contraen organismos regionales o municipales, institutos autónomos y empresas del Estado, ya que los mismos quedan formalmente garantizados por el gobierno nacional. La deuda pública suele dividirse en deuda a corto y a largo plazo, así como en deuda pública interna, contraída ante acreedores del país, y deuda pública externa, contraída ante prestamistas del extranjero.
Es una práctica ampliamente extendida en el mundo moderno que los Estados gasten, en cada ejercicio, más dinero que el que recaudan, debido a los compromisos políticos y sociales que asumen. Las políticas keynesianas, por otra parte, que preconizaron presupuestos deficitarios como medio para activar el crecimiento económico, han contribuido también grandemente al endeudamiento de los Estados modernos.

Debido al peso de la deudas contraídas con anterioridad es frecuente que, entre los gastos del Estado, aparezca una considerable partida dedicada al pago de los intereses y del capital de la deuda asumida. La inelasticidad de variados gastos fiscales y la imposibilidad de aumentar la presión tributaria más allá de cierto punto, suelen llevar a un círculo de creciente endeudamiento, puesto que a los gobiernos les resulta imposible hacer frente a tales compromisos y a los gastos corrientes por medio de los ingresos ordinarios que perciben.

Los gobiernos buscan por lo general consolidar las deudas a corto plazo convirtiéndolas en deudas de largo plazo, más fáciles de gerenciar, pero, en todo caso, cuando la deuda interna total sobrepasa cierto nivel, se recurre muchas veces a emisiones suplementarias de moneda nacional con el objeto de atender estos compromisos. Ello causa, indudablemente, una presión de tipo inflacionario, puesto que las nuevas emisiones se producen sin un respaldo en divisas o en bienes producidos por el país. En el caso de las deudas externas, que deben pagarse en dólares o en otras divisas, resulta imposible recurrir -salvo para los Estados Unidos, por supuesto- a este conocido expediente. Por tal razón los países Latinoamericanos -y de otras partes del mundo- que acumularon en las últimas décadas crecientes saldos negativos en sus transacciones externas, se vieron obligados a realizar profundos ajustes en sus economías a partir de los últimos años de la década de los ochenta.

DEUDA INTERNA

Deuda interna" es una parte de la "deuda pública". La "deuda pública", en general, es la plata que el Estado costarricense debe. O sea, la suma de empréstitos o préstamos que debe (interna o externamente). El Estado pide plata prestada de distintas maneras. Algunas veces lo hace a través de instrumentos formales, con bancos o entidades internacionales o extranjeras, blandas o comerciales. Otras veces emite bonos o valores, que coloca en diversos mercados.
En la década de los años setenta, nuestro Estado se abusó con la deuda externa. En diversas administraciones se endeudó a más no poder (petrodólares, banca comercial y mil cuestiones más). A finales de dicho decenio el endeudamiento se hizo por la vía anormal del Banco Central, de modo que no se conocía la operación en la Asamblea Legislativa.
En los noventas, en cambio, la moda ha sido la "deuda interna", compuesta por infinidad de colocaciones en el mercado interno, en forma de bonos o valores que "reciben" los bancos comerciales del Estado y que "aceptan" las instituciones públicas.
Nuestro Estado, en vez de entrar en razón y determinar qué puede hacer. Se ha encaprichado en hacer de todo. Para seguir en tal loco afán, ha tenido que endeudarse hasta las futuras generaciones.
De tal modo, más de una tercera parte del presupuesto nacional se dedica al "servicio de la deuda". No obstante, prácticamente un 40% del presupuesto se financia con nueva deuda. Es como si una culebra se empezara a comer ella misma por la cola.
El asunto es que hace como cuatro años hubo una campaña nacional para combatir la dichosa deuda interna. Se habló de controlar el gasto público, de hacer ingeniería financiera (dolarizar la deuda para que bajaran un tanto los intereses) y de ordenar la casa, para luego honrar las obligaciones (impuestos y venta de activos). El hecho es que no hemos avanzado nada significativo. Lo que se ha hecho es rebalancear la deuda pública aumentando la externa (una especie de dolarización). A final de cuentas seguimos gastando desordenadamente, endeudándonos y sacrificando el presupuesto en el servicio de la deuda.
Ahora el Presidente de la República vuelve al supuesto dilema de antes: "se aumenta la carga tributaria o hay venta de activos".
Sin embargo, hay que recordar que la deuda pública (interna y externa) tiene un origen: el déficit presupuestario. La causa es un déficit fiscal (Estado=Fisco). Si nuestro Estado no entra en razón, todo se hundirá. Absolutamente todo. Las instituciones públicas, los mercados financieros, los fondos de pensiones, la infraestructura, los servicios y nuestra sociedad en general. No seremos los primeros a quienes les pasa tal tragedia. La historia está llena de ejemplos. Lástima que parece que el ser humano no escarmienta en cabeza ajena.

DEUDA EXTERNA.

Aquella contraída con entidades o personas del exterior y que generalmente está denominada en moneda extranjera. Los pagos por capital e intereses de las deudas externas implican una salida de divisas y un aumento de la cuenta de los egresos de la balanza de pagos. Se contraen deudas externas cuando se financian importaciones, cuando los gobiernos contraen compromisos con bancos, organismos internacionales u otros gobiernos, y cuando las empresas -públicas o privadas- solicitan préstamos para realizar inversiones o para otras necesidades. En este último caso es frecuente que las empresas cuenten con un aval gubernamental que garantiza la devolución de sus préstamos ante los acreedores.

Muchos países en desarrollo, necesitados de capital, contrajeron grandes deudas externas durante la década de los setenta; cuando a principios de la década de los ochenta aumentaron bruscamente los intereses en el mercado mundial se produjo -en muchos de ellos- una crisis de pagos, la llamada "crisis de la deuda". Los grandes compromisos contraídos obligaron a medidas de saneamiento fiscal, pues gran parte de la deuda la habían contraído los gobiernos y las empresas públicas, aplicándose los fondos a proyectos de escasa rentabilidad o muy larga maduración. Hacia mediados de esa década se comenzaron a aplicar diversos mecanismos para reestructurar la cuantiosa deuda existente y buscar formas de garantizar su pago.

DEUDA FLOTANTE.
Llámase así a la parte de la deuda pública contraída a muy corto plazo mediante bonos y letras del tesoro, y que se va renovando continuamente. La deuda flotante está en general en manos de los bancos e inversionistas nacionales o extranjeros. Los compromisos contraídos a corto plazo presionan a los gobiernos a emitir nuevos títulos, generando así un círculo de endeudamiento que, cuando no existen ingresos de la misma magnitud, lleva normalmente a la emisión de moneda inorgánica y, por ende, a la inflación.
La Deuda Externa
Introducción

En nuestros días, la deuda externa se ha convertido en un grave obstáculo para el desarrollo humano de los países más pobres del mundo, que deben utilizar sus escasos recursos para devolver los préstamos, en lugar de invertir en el bienestar de su población. La desigualdad entre el Norte y el Sur cada día se hace más escandalosa. La gravedad de la crisis actual, generada por la deuda externa, unida a la oportunidad que ha representado la llegada de un nuevo milenio, ha llevado a ciudadanos de diversos credos, opiniones e ideologías, a unir sus energías para buscar conjuntamente soluciones a una situación que impide a mil millones de seres humanos salir del túnel del hambre y la pobreza.

Las soluciones que se han arbitrado hasta el momento no dejan de ser meros parches. El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), reconociendo la magnitud de esta crisis, acordaron en 1996 reducir parte de la deuda de los países más pobres mediante la iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres altamente endeudados (PPAE).
El propósito de esta medida era reducir la deuda de los países más empobrecidos hasta un nivel sostenible. Sin embargo, de los cuarenta y un países elegidos para someterse a esta iniciativa, sólo cinco han recibido el beneplácito, y el criterio de sostenibilidad que se ha definido en el marco de unas condiciones tan limitadas, que no tienen en cuenta el impacto de la deuda en la población.
Objetivos Generales:
Analizar e interpretar lo que conocemos como la Deuda Externa en la economía de Venezuela.
Objetivos Específicos:
1- Analizar lo que entendemos por Deuda Externa.
2- Reseñar el proceso de la Deuda Externa desde 1.950 hasta nuestros días.
3- Establecer las posibles soluciones a la existencia de la Deuda Externa.
Lo que entendemos por Deuda.

Muchas personas adquieren préstamos para comprar bienes de consumo o de equipo, o una vivienda. Los países también lo hacen. Toman dinero prestado en los mercados de capitales o lo piden a instituciones financieras internacionales para pagar infraestructuras: carreteras, servicios públicos y centros de salud. Al igual que las personas, los países tienen que devolver el principal y los intereses de los préstamos que reciben. No obstante, hay diferencias importantes.
Si una persona contrae un préstamo, recibe el dinero directamente y, cuando lo devuelve, lo hace conforme a las condiciones del mismo. Pero si es un país el que recibe el préstamo, a los ciudadanos no se les informa acerca del uso del mismo ni de las condiciones de su devolución. En la práctica, muchos gobiernos han utilizado préstamos para proyectos que no cumplen los requisitos mínimos de viabilidad social, ecológica o económica.
Una segunda diferencia es que, cuando una empresa o persona no puede hacer frente a sus obligaciones financieras va a la quiebra. Entonces se nombra un tribunal encargado de evaluar la situación del deudor al que los bancos reconocen la incapacidad de pagar la totalidad de su deuda. Sin embargo, los países no pueden pedir que se les declare en quiebra: no existen procedimientos ni árbitros a tal efecto.
En el ámbito internacional son los acreedores y no un tribunal, quienes deciden si pedirán o no al país deudor que pague su deuda.

Proceso de la Deuda Externa en América Latina.
El sobreendeudamiento es un mecanismo de explotación, que subordina a los países periféricos a una hemorragia permanente de sus capitales y recursos naturales; por tanto, la deuda externa cumple el rol de apropiación de los excedentes de nuestros países por la vía financiera.
Desde mediados de la década del setenta América Latina se convirtió en exportador neto de capitales. Fenómeno más grave aún si lo analizamos en relación con el intercambio desigual y los flujos de repatriación de ganancias de las empresas transnacionales.
Los esquemas de capitalización de la deuda, el pago de intereses sobre intereses y el crónico déficit comercial de América Latina, nos demuestran que además de ser reembolsada con creces, genera el círculo vicioso del "cuanto más se paga, más debe" y someten a los gobiernos deudores a ser sumisos frente a los requisitos de los acreedores.
Las políticas de ajuste estructural impulsadas por el FMI de compresión de los gastos sociales, tienen un solo motivo: garantizar el pago de intereses, lo que provoca el deterioro insostenible de las economías latinoamericanas y de las condiciones de vida de nuestros pueblos.
Aparte del impacto en las cargas de la deuda y su crecimiento, los organismos internacionales y los países industrializados han favorecido intrínsecamente a elites locales en perjuicio de los trabajadores que han cargado con el peso del mayor ajuste, a través del deterioro del salario real, el desempleo y la exclusión social.
La competencia por los recursos se convirtieron en prioridad para las corporaciones trasnacionales y el complejo militar-industrial, las que tienen el reinado de la tierra bajo la "mano invisible" de la ideología del ajuste, para lo cual recurrieron a políticas de comunicación social mediáticas con el fin de limitar al sector público, a través del falso dilema de "achicar el estado para engrandecer la nación", para profundizar el mecanismo de transferencia de ingresos hacia los países industrializados y ahondar las dependencias o subordinaciones políticas.
En un editorial se plantea: "En función de la globalización de la economía: el financiamiento externo y la transferencia neta de capitales, se constituyen en los paradigmas para una eficiente rearticulación de las economías de América Latina a un sistema productivo-comercial transnacionalizado, para ser economías deudoras que se convierten cada vez más dependientes dentro de un proceso acelerado de la nueva colonización de nuestros países."
"La calificación que cabe darle al actual proceso es: que se trata de una globalización del capitalismo, monitoreado por la ideología neoliberal, que da como resultado un capitalismo radical y salvaje, como lo ha definido en múltiples ocasiones la CLAT y muchas personalidades, entre ellas Juan Pablo II. Una de las revistas más relevantes del templo de la escolástica capitalista mundial: Newsweek, en el número del 26 de febrero 1996 llegó a calificar éste capitalismo como un capitalismo asesino, Killer Capitalism"
En síntesis, La deuda cumple una función esencialmente política de transferencia del poder de decisión sobre las políticas económicas a los gobiernos de los países acreedores y sus títeres multilaterales y la acumulación de capital va a manos de unas pocas familias del mundo.

De 1.950 hasta el presente.
Es necesario señalar que todo el proceso de endeudamiento de los países no es algo que comienza a mediados de la década del setenta, sino que arranca desde los inicios de la independencia de cada país latinoamericano. Se convierte en un fenómeno propiamente estructural durante diversas etapas, con las excepciones de contados períodos en los que no se afrontaron los chantajes de los acreedores externos.
En el cuadro 1 se presenta la evolución de la deuda externa, es necesario dar una idea en cifras para ver la magnitud de lo que estamos analizando.
Durante los últimos cincuenta años del siglo XX América Latina ha sufrido un proceso de desarrollo en condiciones extremadamente exigentes. Sin analizar otros problemas críticos de América Latina, el crecimiento acelerado de la deuda externa, que aumentó la gran deuda social existente, bloqueo toda posibilidad de desarrollo y de lucha efectiva contra la pobreza y la exclusión social.
Existieron en esos años dos procesos diferenciados de endeudamiento de los países latinoamericanos, hasta mediados de la década del setenta, se trataba fundamentalmente de un desequilibrio coyuntural de pagos internacionales. Luego se consolidaron las ataduras de los préstamos internacionales que generaron la asfixia financiera latinoamericana y comienza a aflorar la deuda que empezaban a acumular los países, que convierte bruscamente a la región en exportadora neta de recursos. Desde 1982 América Latina sufre una hemorragia de recursos persistente.

Si tomamos los datos de la CEPAL referidos a la deuda externa latinoamericana en el período que va entre 1950 y 1974, o sea, en la etapa anterior a la colocación de los petrodólares, tenemos esta realidad:

La deuda externa en este período se duplicaba cada cinco años aproximadamente. La danza macabra comienza entre 1974 y 1975 con la ofensiva prestamista de petrodólares, cuando, en un solo año, más que se duplica la deuda latinoamericana. En efecto, de los 36.600 millones de dólares de 1974 se pasa, apenas 365 días después, a 65.202 millones de dólares. La duplicación se produce ahora en un solo año. Aunque este ritmo disminuye algo después, la curva ascendente no ha parado hasta hoy.

La Alianza para el Progreso, iniciada en la década de 1960 sostuvo las economías de América Latina con limitado éxito durante dos décadas, pero la crisis del petróleo de 1973 afectó las ganancias por exportaciones de la mayoría de las naciones latinoamericanas, con la excepción de Venezuela y México. La deuda subió, la inflación aumentó; es decir, la inquietud y la confiscación prevalecieron.

En 1982, México, Argentina y en cierta medida Brasil estaban en situación de cesación de pagos. El comienzo de la administración Reagan, con su emisión de los bonos Brady, temporalmente trajo estabilidad, pero México, en especial, osciló al borde de la bancarrota en 1992 y de nuevo en 1994. Al año siguiente los obispos católicos de América Latina convocaron a una Conferencia Episcopal en ciudad de México. Deploraron la deuda externa, pidieron una cancelación o moratoria y afirmaron que las naciones de América Latina entre 1980 y 1990, ¡habían pagado intereses de 418.000 millones de dólares sobre préstamos originales que totalizaban 80.000 millones de dólares!. Hasta que a fines del 2001 Argentina se vio obligada a anunciar el default.

Estados Unidos también carga con el grave peso de la deuda pública, mientras que el déficit comercial en el 2001 alcanzó 358.290 millones de dólares, en el 2002 superó ampliamente esta cifra llegando a 435.200 millones de dólares; en el 2003 el gobierno de Bush anuncio un déficit que supera los 550.000 millones de dólares. La cuenta corriente de Estados Unidos que arrojaba un déficit ‘relativamente pequeño’ hasta 1997 alrededor del 1,0% del PBI, se incremento de manera extraordinaria en los años siguientes: en 1999 a 2,7%; 3,5% en el 2001, siendo las estimaciones para el presente año de un 4,7%. Pese a las predicciones de la reactivación económica y un crecimiento económico más rápido que el de la mayoría de sus socios comerciales, expertos estadounidenses esperan más de lo mismo para 2004, estimando que el déficit en la cuenta corriente superaría el 5,1%.
Quien duda que es un déficit insostenible; por tanto, surgen algunos interrogantes: ¿Por cuánto tiempo seguirá financiando el resto del mundo el déficit externo estadounidense? ¿Qué pasará cuando deje de hacerlo? ¿Se devaluará el dólar entre un treinta y cincuenta por ciento?. Se puede afirmar en consecuencia que Estados Unidos, está a merced de los acreedores extranjeros, así como aquellas personas que tienen dólares como divisa de reserva.

Stiglitz dice: "Los déficit fiscal y comercial americanos están íntimamente vinculados. Si un país ahorra menos de lo que invierte, ha de pedir prestada la diferencia al exterior y los préstamos procedentes del exterior y los déficit comerciales son las dos caras de una misma moneda."

Sostiene que: "el enorme déficit comercial de los Estados Unidos puede ser una causa de inestabilidad mundial. ¿Seguirá el mundo financiando dicho déficit de buena gana, metiendo su dinero en un país con tan demostrada falta de competencia en la gestión macroeconómica (por no decir nada de los escándalos empresariales, bancarios y contables)? ¿Qué exigirá a cambio?".

Se puede prever que si colapsa el dólar, la caída de su valor real reducirá el valor real de la enorme deuda externa e interna estadounidense. DeLong además plantea, que un desplome vertiginoso del dólar probablemente cause un impacto muy distinto: empobrecerá a los trabajadores cuyos productos se exporten a Estados Unidos y a los inversores en dólares que verán fundirse sus carteras. La devaluación del dólar sólo afectará en forma secundaria a los norteamericanos que consuman productos importados. Los pueblos de América Latina enfrentan un oscuro futuro financiero y una posible vuelta a condiciones coloniales.

Posibles Soluciones a la Deuda Externa.

La mejor solución para el bien de Venezuela y de los venezolanos, consiste en tratar de ir pagando la mencionada Deuda Externa desde ya. Pero únicamente en forma de trueque, con acciones de empresas o bienes, propiedad de la nación, tratando de negociarlas con los bancos acreedores hacerle con grandes compañías trasnacionales, que pudieran o quisieran comprar las acreencias de toda nuestra Deuda Externa a los mencionados bancos, para negociarla directamente con nosotros a cambio de acciones de nuestra industria Pesada hasta en un 49% de las mismas.

Así cambiaríamos a los acreedores banqueros, cobradores de altos intereses, por socios internacionalmente fuertes, que juntos multiplicaríamos la producción de las mismas empresas en poco tiempo, ya que su colocación no será problema para ellos. Estas negociaciones llevarían automáticamente al total saneamiento económico de dichas industrias.

Entre las Acciones de las Industrias pesadas (anteriormente mencionadas) a ser entregadas a las trasnacionales, no están ni deberán estar incluidas las de Petróleos de Venezuela (PDVSA) n tampoco las de hierro.
En relación a éstas, también se deberían vender parte de las mismas acciones, pero únicamente a los venezolanos, los cuales al enterarse del saneamiento total del país, querrán traer de vuelta gran parte de sus dólares que puedan tener en el exterior, para que la nación recupere y a la vez, permita pagar las deudas internas.
En cuanto a la entrega de Acciones de nuestra Industria pesada a las Trasnacionales, si ellas no alcanzan para cancelar las mencionadas Deudas Externas en su totalidad, se deberían complementar dichos pagos con un trozo de la faja bituminosa del Orinoco en iguales condiciones, es decir, del 49% y 51% sobre el producto a extraerse del subsuelo de dicho trozo.
Además al concretarse las mencionadas, transacciones, y en especial a las que se refiere a la cancelación de la Deuda Externa, de frenarla automáticamente la preocupante inflación actual, y por ende el precio del dólar se ajustarla, sin duda, a niveles internacionales.

Referente a los sueldos y salarios, se deberían ajustar a las nuevas realidades que se producirían prontamente con dichas transacciones, volviéndose así a la gran realidad de un país próspero en su totalidad.
Reconsiderado todos estos puntos se podría acabar de una vez por todas, con la ignorancia, la pobreza y los rancheríos inhóspitos, que albergan la mayoría de los habitantes de la capital y de las demás ciudades, pueblos y caseríos, de todo el territorio nacional.
Por lo tanto, estas tres conclusiones fundamentales serían fundamentales para lograr así:
1- Abocarnos de inmediato a la planificación de nuestra extensa y desolada frontera y el Sur de Venezuela, mediante el desarrollo de un gran Plan Agropecuario o Industrial, en forma de grandes cooperativas mixtas o totalmente privadas, donde la Nación por medio del Gobierno nacional entregaría o aportaría los terrenos con todas las tierras disponibles y aprovechables.
2- De estas planificaciones se harían cargo los ministerios competentes con la importantísima colaboración de las Fuerzas Armadas, altamente preparadas y muy bien equipadas para tales líneas. Además se encargarían de la construcción de las principales vialidades, así como vía férrea, autopistas y carreteras diagonales, bien hacia las fronteras y viceversa.
3- Los consorcios o concesionarios se harían cargo de las demás infraestructuras, así como la deforestación, vías secundarias, preparación de las partículas, construcción de las viviendas campesinas, para cada parcelero, planificación y construcción de los centros cooperativos. Cada concesionario en su trozo o porción que haya negociado o contratado con la nación.